Aunque la derrota no tiene padres, claramente se puede deducir en Garupá que existe un rechazo a las formas que utilizan los dirigentes, se podría aseverar que las razones son un par, pero muy fuertes.
Por un lado existe un malestar general con la clase política, porque el vecino entiende que su realidad no es la misma que la de quienes exhiben opulencia en forma desmedida, como si fuera que los recursos son propios y no del contribuyente.
Más vigente que nunca "la Casta" local, que a pesar de los reclamos, críticas a diario en las redes y algunos medios, quienes gobiernan no se dan por enterados, viven una realidad virtual en la que pareciera es el municipio de las maravillas, mientras tanto el abandono, la desidia y la "tapera" avanzan cual pandemia sobre Garupá.
En resumen las formas de los políticos en general y el abandono total de la ciudad a su suerte y desgracia, parecen haber tenido su caldo de cultivo en un espacio desconocido, pero que sirvió para hacer saber lo mal que se está, allí apareció el ex policía Amarilla, preso y sin propaganda para canalizar la bronca.
Mucho trabajo y autocrítica para la dirigencia local, en cuanto a que pretende el vecino de sus dirigentes, por otro, el karma para la renovación de tener a Ripoll Hijo sentado y sin hacer nada en el sillón comunal, con esto colaboran concejales que solo buscan réditos económicos en medio de escándalos mediáticos peleando por plata con el ejecutivo, hablamos de los denominados "de la vergüenza", que como si fuera poco su lamentable papel, intentan esconder sus propios actos acusando a otros y como los dijo su propio ex aliado "con una agenda distinta a la de la gente".
Sin dudas el castigo fue a los que gobiernan por un lado, Intendente, concejales y funcionarios, por el otro a las nuevas "estrategias" comunicacionales, donde con fotos y falsas reuniones buscan convencer más a los de "arriba" que a quienes representan.
Los resultados fueron un sacudón a la política local, la gente no está conforme con su actuar, de manera que deberán cambiar o los cambian, párrafo aparte para lo que sin dudas castigó fuertemente el vecino, la inacción municipal, a pesar de no elegir locales por decisiones que hasta ahora tienen interrogantes, el común de la gente les mostró que ya no los quiere en la intendencia, esto último basado en la contundencia de los números, donde se puede expresar malestar, pero cuando es tan resonante el factor es ineludiblemente la gestión local .
Entonces el análisis que cabe es, de seguir Ripoll Hijo y suponiendo un vuelco de 180° para intentar seducir a un electorado totalmente apático y descreído, le alcanzará a los aspirantes renovadores en 2027 para disimular el enorme daño que recibe a diario el vecino. Habrá tiempo???