Firmada por el presidente de la CEA, arzobispo Marcelo Daniel Colombo, y el secretario general, obispo Raúl Pizarro, la misiva destaca: “Los trabajadores del Garrahan atienden cotidianamente la dolorosa combinación entre la pobreza, la niñez y el sufrimiento, y eso los vuelve particularmente valiosos para quienes nos llamamos cristianos”. Además, se preguntaron: “¿Qué tipo de sociedad y de gobierno son capaces de no valorar adecuadamente la misión de los médicos?”.
La Iglesia también se comprometió a amplificar el reclamo de los médicos, ofreciendo su voz para extender un pedido que consideran “justo e impostergable”. Esta postura se suma a críticas anteriores al gobierno de Milei, como la realizada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien advirtió sobre la pérdida de fraternidad, tolerancia y respeto en la sociedad argentina.
El conflicto en el Hospital Garrahan se intensificó debido a la congelación del presupuesto desde 2024 y la falta de propuestas salariales por parte del gobierno. Más de 200 profesionales han renunciado en lo que va del año, y los salarios en planta rondan los 1,5 millones de pesos, con guardias pediátricas remuneradas a 6 mil pesos la hora, mientras que en el ámbito privado pueden llegar hasta 27 mil pesos la hora.
A pesar de las presiones y amenazas de despido que llevaron a los médicos residentes a levantar su paro, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) convocó a una Jornada Nacional de Lucha en todos los hospitales públicos del país, en rechazo a los bajos salarios, la fuga de profesionales y la falta de propuestas del gobierno en la mesa de conciliación.
Este enfrentamiento pone de relieve la creciente tensión entre el gobierno de Javier Milei y diversos sectores de la sociedad, incluyendo la Iglesia, que cuestiona las políticas de ajuste implementadas en áreas sensibles como la salud.